Las mujeres de Atenas y Esparta lideradas por Lisístrata deciden imponer la abstinencia sexual hasta que los hombres no acuerden la paz entre sus ciudades. Llevaban más de 20 años de guerra. Los guerreros abandonaban sus hogares y aparecían apenas para reponer fuerzas y procrear. Las ciudades estaban destruidas. Cansadas de esta situación, las mujeres deciden rebelarse y presionar para que vuelva la paz a la región, recuperar el equilibrio social y ganar terreno en las decisiones políticas cotidianas.